Tengo
varios amigos funcionarios docentes, maestros para que nos entendamos, y de vez
en cuando surge la conversación sobre lo buena calidad de vida de esos
profesionales, y entre frases jocosas cada uno defiende lo que cree que se debe
defender, porque que las papas que cada día comen le llegan por la profesión
que desarrolla aunque esta no sea vocacional y en su fuero interno algunos reconozcan
su mejor estatus.
Es
cierto que hace ya bastantes años “los maestros” no estaban ni pagados ni
reconocidos, había una frase habitual por aquellos tiempos que decía: “…pasas mas hambre que un maestro escuela…”
y en la mayoría de los casos era cierto. Pero de eso ya hace mucho tiempo,
actualmente un maestro de enseñanza vive bastante bien digan ellos lo que digan
y de lo cual me alegro, pero cuando se sienten atacados por algún comentario en
el que se exponga este hecho suelen decir: “…pues
haber estudiado magisterio…”, y habría que responderles que entonces no
habría fontaneros, carpinteros, soldadores, ingenieros, médicos, policías,
albañiles, etc…., es una respuesta, además de absurda y poco inteligente, un
poco déspota, ya que sus mismos colegas pertenecientes a la enseñanza privada
lo tienen mucho más difícil que ellos, y asumen aulas de más de treinta niños.
En múltiples ocasiones te hablan de lo estresante de culturizar a los alumnos…
¿quizás no es estresante estar picando en una mina a 200 mts de profundidad? ¿y
estar poniendo ladrillos en una torre en invierno con viento y lloviendo? O en
verano con 30 grados mientras ellos están de vacaciones, O un pescador que está
constantemente bregando con la mar y sus peligros.
Personalmente
pienso que el problema está en que la situación del resto de profesionales
mejore y que la de ellos se mantenga, no
deseo que pierdan las premisas y mejoras que han conseguido a lo largo de
tantos años, pero sí que sean conscientes de las diferencias laborales con sus
mismos compañeros funcionarios de otras profesiones, como los sanitarios que
además de hacer horas extras continuamente cada vez son menos para atender a más
personas y la diferencia de los emolumentos es bastante sensible. O los
funcionarios de correos que se las ven y se las desean para poder hacer el
reparto y cada vez son menos, o los departamentos administrativos de los
juzgados que están saturados con papeles que casi llegan al techo.
En
definitiva lo ideal sería que todos los trabajadores, funcionarios públicos o trabajadores
privados, tuviesen las mismas condiciones laborales, lógicamente con la
matización de la labor a desarrollar del profesional.