miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mi Padre

No se ya cuantas veces he comenzado esta crónica dedicada a mi padre, pues siempre caigo en el defecto de querer decir tanto que al final es una lectura pesada, así que intentare ser breve he intentaré expresar lo que quiero.

Mi padre, Pedro Fernández García, falleció el pasado día 4 de noviembre después de dos meses de hospitalización bastante intensos, se que no es una noticia rara e importante para el mundo, pero como entenderéis, si es dolorosa para toda su familia y amigos. Este no ha sido un desenlace inesperado, por lo menos por mi, quizás otros familiares o personas cercanas a él no piense igual, pero creo que debo ser sincero y objetivo con la circunstancia que desafortunadamente terminaron con la muerte de Pedro.

Siempre tubo un físico delgado pero duro, su enjuto cuerpo se formó desde muy joven, como a los 14 o 15 años, en los múltiples días, semanas, meses y años que pasó a lomos de un barco intentando vadear las olas para desarrollar su trabajo, y preveer que tanto a él como a la tripulación que en los últimos 35 o 40 años de vida laboral tenía a su cargo, no les ocurriese cualquier accidente en el que alguien saliese dañado.

Comenzó en la vida militar, como “flecha naval” en la marina española, lo mas seguro que fuese una de las pocas, o quizás la única forma, de salir de la pobreza que después de la guerra le ofrecía el incipiente gobierno de Franco en los típicos proyectos de encauzamiento de la juventud hacia la introducción a las ideas enardecimiento fascista que se imponían. Ahí comenzó a construir un futuro que llegaría hasta su jubilación, pasando por dejar la marina de guerra para comenzar su vida en la mercante allá en la lejana Guinea Ecuatorial.

Allí, como patrón de un pequeño petrolero que abastecía de combustible a las diferentes zonas del país, paso una gran parte de su vida, según contaba algo así como 30 años. La vida le fue mejorando poco a poco, y con el dinero que ganaba vivía él y mandaba buena parte a su familia en Los Barrios, además comenzó a construir un edificio donde posteriormente viviríamos todos a la vuelta de ultramar, y que es donde hasta hoy, ha vivido junto a su esposa y donde nos hemos terminado de criar sus tres hijos, de los cuales quedamos dos.

En una de las temporadas de vacaciones en las que volvía a su pueblo natal, conoció a su futura esposa y, hoy día, su viuda y nuestra madre. Se la llevó a un país africano allá por los años 40 y poco a poco salieron adelante, tuvieron a sus tres hijos y si no llega la independencia de Guinea creo que nuestra vuelta a Los Barrios hubiese sido algo mas tardía de lo que fue, de todas maneras creo que nuestra estancia allí, vista desde un crío que se vino con once años fue maravillosa, un país tropical, temperaturas veraniegas todo el año y mucha naturaleza, constituyeron una forma de vivir de la que aún hoy día, y después de 40 años echamos de menos.

Se jubiló a los 65 años y a partir del día siguiente a ello no quiso saber nada mas del mar, siempre me llamó mucho la atención ese hecho, suponía que su destete de la mar y de su trabajo, en ese momento patrón de remolcadores en refinería Cepsa, pero toda la vida en el mar, le iba ha dejar algo tocado, pero mi sorpresa es que ni se acordaba ni se quería acordar de su trabajo de toda la vida, lo que me hizo a pensar, y que después día a día ratifiqué, que ese trabajo con el que convivió y del que vivió, lo fue por una suerte del destino, pero que ni por asomo era su pasión.
Con esta, muy resumida, biografía de su vida, quisiera rendir un pequeño homenaje a mi padre, que fue una persona que en muchas ocasiones paso de puntilla por la vida y sin querer destacar en nada, eso sí, su familia era lo primero y nos atendió a todos de una manera inmejorable, enseñando y educando a sus hijos lo mejor que supo y pudo, y que hoy por hoy, yo he seguido su forma de hacerlo en mi hijo al que quería muchísimo.

Lamentablemente el Alzheimer le llegó hace unos 3 años, y lo llevó a un deterioro lento pero imparable, convirtiéndolo en alguien que ya no era, los efectos de esta enfermedad, que algunos imagino conoceréis, son muy desagradables y siempre se sobrellevan por amor al enfermo y siempre intentado que su sufrimiento sea el menor posible, ojala en vez de dedicar tanto dinero a guerras y muertes lo dedicasen a estudiar enfermedades que aquejan a todos.

Gracias papá por todas tus atenciones, por tu intensidad en querer hacerlo todo bien, por tu honestidad, por apoyarnos en todo lo que te pedíamos, por tu buen hacer, por tu ejemplo, y sobre todo por todo tu cariño y amor que nos distes y que siempre recordaremos.

Un beso papá

4 comentarios:

  1. Valla chaval,... no sabes como lo siento,... no sabía nada,... recibe mi abrazo solidario, hasta el momento en que te lo pueda dar en persona,... y creeme cuando te digo que, esto que has escrito aquí,... un texto sencillo e intimo,... refleja claramente el cariño que le profesabas.

    Expresiones vamos a quedar de una vez varias.

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  2. Lo que hace grande a una persona es el recuerdo que nos deja a los que seguimos "the long and winding road" y cómo nos cambiaron los efímeros momentos que compartimos en su camino, más allá de pequeñas o grandes hazañas. No conocí a tu padre pero sí el legado que deja en ti, por lo que estoy seguro fue una gran persona.

    Un abrazo,
    Arturo

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  3. Gracias por mantener el contacto.

    F E L I Z    N A V I D A D

    Expresiones Escarlatas varias

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  4. ¡Jolín!,... Paco,... Estoy en casa y creí que tenía los correos electronicos de Pepe, Javier, Luis y tuyo,... resulta que no tengo ninguno,... que estan en mi correo del trabajo.

    Diles que me acuerdo mucho de ellos, y que os deseo lo mejor en estas fiestas,... espero veros pronto, y que podamos compartir un ratito juntos, para deciroslo personalmente.

    Un enorme abrazo a todos.

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